sábado, 1 de mayo de 2010

LA OLA COMO METODO

… y sigue repuntando el profesor¡¡¡¡… la ola verde cada vez es más grande… camisetas verdes aparecen por doquier… mensajes por facebook… por correo electrónico… por todas partes. ¡La Mockusmanía llegó!… pero, ¿ sabe la gente con alguna veracidad a qué se está inscribiendo?
El profesor dice: “Recordemos siempre que seremos juzgados por nuestros métodos”.
Es claro que el método primero y principal para este candidato es el facebook. ¿Qué se puede decir de esta red social como método de campaña política?
El facebook como método se podría definir fundamentalmente como un fenómeno de masas. Día a día nacen cientos, miles de grupos y aplicaciones cuyo objetivo fundamental es seducir para que la gente se identifique con tal persona, o con tal causa. “Los que creemos que esta banano tiene más fans que Daddy Yankee”, “Caravana en contra del proyecto anti-moto”, “A mí no me tiembla la mano para votar por Mockus”, “Marcha mundial por la paz y la no violencia”, etc. A sólo un click uno se inscribe en el grupo, y entonces se van sumando los miembros.
Puedo decir que en este momento yo soy miembro de 200 grupos, que es el límite permitido. Y algunos de ellos tienen muchísimos miembros. En una lógica loca, incluso hay un grupo que se llama: “El grupo más grande en Facebook”, con 1.329.978 miembros. ¿Objetivo? Sólo uno: armar el grupo más grande en facebook. Incluso, éste no es el grupo que tiene más miembros; hay otros tres que lo doblan: “Alimentar a un niño con un solo click”(2.898.721), “Contra la utilización de perros y gatos vivos como carnada para tiburones” (2.684.398), “Experimento: seis grados de separación” (2.614.737).
Uno lee esos números tan altos y llega a decir: “Huy, hay mucha gente comprometida con los niños”, “Huy, hay mucha gente comprometida en hacer el grupo más grande en facebook”, “Huy, hay mucha gente comprometida en salvar a los perros y a los gatos”, y, finalmente, “Huy, hay mucha gente comprometida en querer tener contacto con la gente famosa”. La pregunta que es necesario hacerse es: ¿Por qué se hace un click para pertenecer a uno de esos grupos? ¿Es evidente que se hace por la causa que llevó a fundarlo? ¿Hay compromiso en la persona que hace un click para pertenecer a un grupo de facebook? Nunca se va a saber las respuestas a estas preguntas, pero me inclino a pensar que en los grupos de las campañas políticas funciona el mismo compromiso que en el grupo “Los que creen que este banano tiene más Fans que Daddy Yankee”.
Pertenecer a un grupo de facebook construye MASA… MASIFICA. Es la lógica que nombra Freud en Psicología de las masas y análisis del yo”: “En la masa, desaparecen las adquisiciones de los individuos, y, por tanto, su peculiaridad. Lo heterogéneo se funde en lo homogéneo”. Reconocer este fenómeno de masas me da la pista para seguir pensando en el facebook como método de campaña electoral.
Son varias las características de las masas, pero en esta oportunidad me centraré en una, la que más parece a mis ojos. Dice Freud:
“Las masas nunca conocieron la sed de la verdad. Piden ilusiones, a las que no pueden renunciar. Quien quiera influir la masa no necesita presentarle argumentos lógicos; tiene que pintarle las imágenes más vivas, exagerar y repetir siempre lo mismo”.
Ésta es la característica de la masa que quisiera subrayar: las masas no piensan. Esto lo podemos ver en un partido de fútbol, en una iglesia, en el ejército. Cuando alguien se inscribe en uno de estos grupos como hincha, feligrés o militar, se le pide fundamental mente una cosa: “No piense. Ame la causa”.
Uno lee con juicio la frase de Freud y paralelamente ve el fenómeno de la Mockusmanía y algunas preguntas lo tienen que asaltar. Una de ellas: ¿Cuántos de los miembros de los incontables grupos que le hacen campaña al profesor, han leído su programa de gobierno? Esta pregunta me surge, no sólo por coherencia teórica con una noción freudiana, sino también porque lo que se escucha cuando la gente habla de Mockus, ya sea por defenderlo, o por atacarlo, son frases y situaciones sacadas de contexto que desvirtúan el carácter argumentativo del profesor.
Son varias las frases con las cuales puedo ejemplificar lo que digo en el párrafo anterior. La gente dice que:
1. Mockus va a atacar a la guerrilla con girasoles.
2. Mockus cambió Bogotá, entonces también puede cambiar a Colombia.
3. Mockus va a convertir a Colombia en un segundo Caguán.
4. Mockus admira a Chávez.
5. Mockus va a acabar con el ejército.
6. Mockus va a extraditar a Uribe y a Santos.
7. Mockus le va a tirar un vaso de agua a sus contradictores.
8. Mockus va a traer la paz a Colombia.
9. Mockus va a dialogar con la guerrilla mostrándoles el culo.
Es entendible que se digan estas frases, pues es claro, a mi juicio, que las masas no piensan; es claro que a las masas no les interesa acercarse a la verdad. Ellas, simplemente, escuchan la idea, el chisme, y, repiten cual verdad apodíctica, incuestionable: “Por ahí andan diciendo que…”. Estoy casi seguro que muchos de quienes atacan o ensalzan al profesor con esas frases, no se han sentado a pensar cuál es el contexto de esa frase, en qué documento lo dijo, a qué punto del programa pertenece. Y estoy casi seguro de ello porque el colombiano promedio no lee, no quiere leer, no le interesa leer, le parece aburrido leer… el colombiano promedio hace cualquier cosa, menos leer. Una cultura que no lee nunca podrá ser una cultura democrática. En Colombia hay gente que opina, gente que responde preguntas de encuestas, gente que se inventa chismes, pero no gente que se instruya en relación con los programas políticos de los candidatos.
El profesor Mockus pide que lo juzguemos por los métodos utilizados. Pues bien, creo que es necesario afinar algo en este ámbito, pues hay una labor educativa con respecto a su programa que no se está haciendo. Sus colaboradores de campaña se dieron cuenta de la potencia tan grande que tiene el facebook para masificar a la gente, y se han debilitado en la consistencia educativa para dar a conocer la propuesta. Enfilaron sus energías en la misma lógica masificada de las campañas tradicionales, y se les olvidó que al interior de la propuesta hay una dimensión educativa que quedó desdibujada.
La OLA como método no se diferencia de las propuestas tradicionales. Es verdad que estamos siendo más eficaces, pero no me parece evidente que detrás de un click para pertenecer a uno de los grupos, haya una persona racionalmente motivada para votar por el candidato verde.
¿Qué tendremos que hacer para que la fiebre no sea el único motivo para votar por Mockus? La democracia necesita gente que trabaje; no gente que espere a que San Mockus los salve de la infelicidad.
¡Salve, Mockus!

MARLON CORTÉS

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